¿Sufrimos de pobreza mental? o ¿Es puro cuento?

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Muchos de nosotros hemos nacido en países donde se habla todo el tiempo de desigualdad social.

Estas dos palabras han sido sinónimo de frustración e inequidad, que a lo largo de nuestras vidas nos han dejado una huella indeleble.

Claro está que después de haber cumplido mis 30 años empecé a preguntarme que tan imborrables podrían ser las marcas de lo que aprendes a lo largo de tu vida y llegue a una simple pero profunda conclusión; todo lo que aprendes puede ser remplazado por un concepto nuevo y mejorado y encontrar una imagen mental que lo acompañe, permitiendo así que le halles un mayor y mejor sentido a tu propia vida.

Y precisamente de eso se trata la historia de hoy, de compartir con ustedes un término que me ha acompañado de forma personal durante gran parte de este año y del cual no tenía mucha claridad.

¿Qué es la pobreza mental?

Es muy cierto que en los países del tercer mundo la pobreza no es una palabra con la cual no nos encontremos familiarizados, en realidad es una palabra con la que muchos de mis pares y más cercanos se autodenominan. Según la RAE pobreza significa; “tener escasez o carencia de lo necesario para vivir o simplemente la carencia de una cosa determinada”. Simple denominación para tan cruda palabra, un concepto que hace mella en lo más profundo de nuestras mentes.

Más que un significado simple y concreto sobre esta palabra quisiera contarles como transforme el significado que por décadas se había instalado como el más fiel amigo en mis pensamientos y lo que sucedió en mi vida después de eso. Muchos autores y personas reconocidas en los medios han enunciado una frase que empezó a abrir una brecha entre mi pensamiento de pobre y mi  pensamiento de vanguardia. “la pobreza es mental”.

Ya no cabía duda, empecé a pensar y  asumí que podría ser  una enfermedad de la mente que te hace creer carente de algo, al igual que la ansiedad o el estrés, tan sonados estos días, la pobreza crece en tu interior hasta que te hace creer que los demás ( que el mundo) tienen una obligación contigo, que la vida te debe y se niega a pagarte con justicia, o tantas miles de frases que he escuchado desde que era una niña de mis familiares, amigos y vecinos.

Temiendo equivocarme empecé a indagar sobre los síntomas que caracterizaban a la pobreza mental, para mi sorpresa encontré mucha información en la web que me permitió corroborar el nuevo concepto que alegremente se había instalado en mi para quedarse definitivamente.

Solo al enunciar la palabra síntoma puede inferir que realmente se trata de un padecimiento y que la mayoría de la población mundial lo sufre y que tristemente en Latinoamérica es un mal  que ha sido pasado de generación en generación. Entre muchas otras cosas encontré que la pobreza mental nos hace sentirnos víctimas, al igual que me pasó a mí desde muy joven, cuando sientes que todo lo que te pasa es un castigo divino o simplemente naciste sin estrella.

La pobreza es un estado de la mente, un bloqueo que te impide creer en ti mismo y creer que puedes tener lo que te mereces, es un reflejo de la decadencia que has visto y vivido y que ahora se refleja en tu espejo cada noche, cuando llegas a casa y te preguntas porque los demás pueden ser felices y tu no. Lo mejor de la historia es que al ser un estado de la mente al igual que la materia es moldeable y transformable en todo sentido, puedes tomar todos esos conceptos que aprendiste desde niño(a) y anteponer unos nuevos, hacer tu vida más sencilla y como resultado ver como la pobreza material desaparece, se va desvaneciendo como el personaje de la historia que borraste de la hoja y que al final del día nunca existió.

Como todo cuento dejo en cada lector la moraleja de la historia que consideren apropiada, la posibilidad tangente de cambiar sus vidas y reescribirse como individuos. Probablemente la pobreza les dirá cuando finalicen de leer, que es mentira, que eso tan fácil es imposible, que la vida es injusta y que los que escribimos y creemos cosas como estas, estamos muy errados o somos ilusos, que nunca hemos pasado dificultades etc…. Si eso sucede, tranquilo (a) eso es índice de que ahora hay cierta duda rondando, que se pudo haber abierto una luz en medio de lo que se creía era solo oscuridad, es  una  gran posibilidad de que cuando logres insertar esa idea grandiosa en tu mente, tendrá que irse para siempre y no quedara ni el recuerdo.

 

 

 

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